Retablo de los Santos Juanes

  • Retablo
    Retablo de los Santos Juanes
    Autoría: Gaspar Guerrero (escultura y traza), Pedro de Villegas Gallego (policromía y dorado)
  • Cronología: 1624-1648
  • Técnica: Tallado. Ensamble. Policromado. Técnica de dorado
  • Medidas: 753 x 291 x 700 cm
  • Localización: Hospital Real. Biblioteca
  • Colección: Patrimonio Histórico Artístico
  • Titularidad: Universidad de Granada
  • Nº inventario: 269

Descripción

Retablo realizado en madera tallada y policromada, que consta de una calle única dividida en dos cuerpos. Se aprecian en la pieza elementos barrocos como los frontones partidos donde se insertan, en el cuerpo bajo, un frontón curvo cuyo centro está ocupado por una cartela con querubín y en el cuerpo alto, el escudo de España con relieves, incisiones y coronado para rematar el conjunto en el eje central, de mayor altura, al que se añade un mensulón labrado a cada lado, mientras que los extremos de ambos cuerpos cierran en pináculos escurialenses con bolas.

El tracista acentúa la plasticidad de la estructura mediante el desarrollo del entablamento en las dos alturas, retranqueado sobre las columnas del piso primero y las pilastras del segundo, acentuando así la estética barroca mientras que en la decoración destacan referentes decorativos clasicistas como grutescos con guirnaldas y querubines que se alternan con símbolos como las iniciales Y –Isabel- y F –Fernando- protagonistas en el arte y la arquitectura producidos durante el reinado de los Reyes Católicos como sus principales emblemas. Ambas letras quedan insertas en escudos coronados y decorados con enrollamientos que, como el que remata la composición en su eje axial, están dotados de una extraordinaria plasticidad en contraste con el clasicismo y sobriedad de otros elementos del retablo como las columnas de orden toscano que flanquean a ambos lados el primer cuerpo. Este se organiza en torno a un vano adintelado con molduras sobre placas superpuestas en las esquinas y en su base se asienta el sagrario, sobre el que se coloca una escultura de bulto redondo de San Juan de Dios del círculo de Pablo de Rojas, cuya localización anterior había sido la celda del santo en el Hospital Real.

En el segundo cuerpo se introdujo un lienzo con marco moldurado que representa a la Virgen con el Niño. Se trata de un depósito del Museo de Bellas Artes de Granada en 1944, obra del círculo de Pedro Atanasio Bocanegra muy similar a un lienzo del pintor granadino que se encuentra en el convento del Ángel Custodio.

El sagrario se coloca en el centro del piso bajo del retablo, dentro del hueco central. Según Sánchez-Mesa esta localización rompe la verticalidad del conjunto y apunta a su posible ubicación en un plano inferior.

La autoría de Gaspar Guerrero sobre la arquitectura de la obra queda documentada, así como su compromiso a finalizar su construcción en julio de 1624. Igualmente se conoce el trabajo de Pedro de Villegas que, contratado en 1637, realiza la policromía y el dorado. La expresividad que confiere el estofado con su diversidad cromática incide en la plasticidad de la pieza acentuando sus calidades y favoreciendo la percepción de cada recurso decorativo y constructivo con fuertes contrastes entre el dorado y el estofado de los relieves en rojo y un azul de tonalidades verdosas.

En los laterales del sagrario, bajo sendos fanales protectores, se ubican hoy dos esculturas de bulto redondo de pequeño formato que representan a San Juan Bautista y San Juan Evangelista cuya realización se data anterior a la construcción del retablo. No obstante, su añadido en hornacinas en ambos lados del retablo una vez finalizado este conlleva la realización de su policromía por Pedro de Villegas.

Restauración de la pieza

Dado su mal estado de conservación, el retablo fue objeto de una restauración en 2012. Los principales deterioros observados pueden concentrarse en dos grupos: el primero, los daños en el soporte, con un importante debilitamiento de la madera debido al ataque de insectos xilófagos; el segundo, en las capas de preparación y policromía, apreciándose una importante carencia de cohesión entre ellas y respecto al soporte lígneo.

A estos daños hubo que sumar, además, la presencia de añadidos pertenecientes a intervenciones anteriores poco afortunadas: tablillas de madera y de conglomerado clavadas; papeles encolados con adhesivos inapropiados; estucos y repintes industriales, y metales para la sujeción de piezas y del cableado de iluminación que, junto a las quemaduras, la gran cantidad de gotas de cera solidificada y la suciedad acumulada durante décadas, hacían urgente y necesaria una intervención.

La restauración pretendió recuperar tanto la estabilidad estructural como las instancias estética e histórica de la obra. Se realizó así una toma de muestras inicial, cuyo análisis permitiera conocer cualitativa y cuantitativamente pigmentos, aglutinantes y materiales de carga, llevando a cabo después un test de solubilidad con el fin de determinar una correcta metodología de intervención. A estos pasos previos centrados en el análisis siguió una fijación de urgencia para consolidar la policromía, continuando con una primera fase de limpieza para eliminar la suciedad no adherida.

El desmontaje facilitó la desinsección preventiva, la consolidación de la estructura y la sustitución de algunos elementos estructurales muy debilitados en pos de la estabilidad de la pieza, además permitió la eliminación de elementos metálicos y su sustitución por pernos de madera durante el proceso de ensamblaje.

Consolidadas la estructura y la policromía, comenzaron las labores de eliminación de lacas, barnices, repintes y suciedad adherida a la superficie, que se llevaron a cabo mediante procedimientos químicos y mecánicos concluyendo con la aplicación de un barniz de resina natural. La última fase, consistente en la reintegración, se desarrolló en tres etapas: la primera, atendiendo a las pérdidas más significativas de volumen, se realizó mediante la incorporación de pequeñas piezas de madera y masilla de serrín; en la segunda etapa se trabajaron las lagunas de la capa de preparación, rellenándolas con estuco, y por último se procedió a la reintegración cromática y barnizado final.

Biografía del autor

Son escasos los datos que se conservan del escultor Gaspar Guerrero, sin embargo sí podemos localizarlo en Granada, realizando trabajos como el que acabamos de comentar en torno a 1620. Se datan anteriores otras obras como la Fuente de los Gigantones (1616) o retablos como el de la iglesia del Colegio de San Pablo, hoy parroquia de San Justo y Pastor, en torno a 1650. Para la catedral realiza los retablos de Santa Lucía (circa. 1620), completado con esculturas de Alonso de Mena, y Santa Teresa (circa. 1618), estofado por Pedro de Raxis y en el que se insertan pinturas de Juan de Sevilla.

Sobre Pedro de Villegas las fuentes apuntan a su actividad como maestro dorador y estofador que, en el Hospital Real, realizaría los trabajos anteriormente mencionados sobre el retablo, pero también sobre dos retratos de los Reyes Católicos y las esculturas de San Juan Bautista y San Juan Evangelista del sagrario.

Enlaces a recursos digitales

Bibliografía

  • AA.VV. (1992). Patrimonio artístico y monumental de las universidades andaluzas. Sevilla: Universidad de Sevilla.
  • CASTILLO CASTILLO, C. (1997). Guía de Granada. Granada: Everest.
  • GARCÍA, J. A. (1988). Iconografía mariana en la Catedral de Granada. Granada: Cabildo de la Catedral de Granada.
  • GARCÍA IGLESIAS, A. y MANCEBO FUNES, C. (2016). Restauración del Retablo de los Santos Juanes del patio de la Capilla del Hospital Real. En: Durán Suárez, J. A. y Collados Alcaide A. (coord.) Cuaderno Técnico 3: Restauración del patrimonio de la Universidad de Granada (I) (pp. 43-52). Granada: Universidad de Granada.
  • GILA MEDINA, L. (1998). Tres portadas emblemáticas del primer barroco granadino: las de los hospitales de San Juan de Dios y Real y la del Convento de la Concepción. Cuadernos de Arte de la Universidad de Granada, 29, 79-88.
  • GILA MEDINA, L. (2006). Los bienes muebles renacentistas. En: Galera Mendoza, E. (ed.) Obras maestras del patrimonio de la Universidad de Granada. Vol. I Estudios (pp. 80-83). Granada: Universidad de Granada.
  • GUILLÉN MARCOS, E. (1994). Los bienes muebles de la Universidad de Granada. En: Henares Cuéllar I. y López Guzmán, R. (eds.) Universidad y Ciudad. La Universidad en la Historia y en la Cultura de Granada. Granada: Universidad de Granada.
  • GÓMEZ-MORENO CALERA, J.M; CRUZ CABRERA, J. P.; ANGUITA CANTERO, R. (2006). La Catedral. Centro esencial de la religiosidad y arte granadinos. En: Granada en tus manos. Centro histórico (I) (56-89). Granada: Ideal.
  • SÁNCHEZ-MESA MARTÍN, D. y LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ, J.J. (2006). En: Galera Mendoza, E. (ed.) Obras maestras del patrimonio de la Universidad de Granada. Vol. I Estudios (pp. 165-194). Granada: Universidad de Granada.